Casi el 90% de adolescentes participantes en el proyecto ‘Play it for Change’ consideran que la música y los videoclips promueven la desigualdad de género
Casi el 90% de adolescentes participantes en el proyecto ‘Play it for Change’ consideran que la música y los videoclips promueven la desigualdad de género
Una mayoría (87%) de chicos y chicas se muestran críticos con los valores y los patrones de género que promueve la música que escuchan. Lo detecta el informe sobre Cataluña elaborado por la Fundación Surt dentro del proyecto europeo Play it for Change, en el que han participado alumnado y profesorado de tres institutos del país.
“Si bien los y las adolescentes tienen asumido un discurso claro de rechazo a las desigualdades y a las violencias machistas, a través de su relato se evidencia que presentan un imaginario patriarcal que permite mantener la situación de desigualdad”, destaca la coordinadora del proyecto, Alba Elvira, investigadora del área de empoderamiento sociopolítico de la Fundació Surt.
Según recoge el informe, el profesorado que ha participado en los grupos de discusión define la música que escucha su alumnado como uno “elemento identitario y de construcción de la propia subjetividad” entre los y las adolescentes y, además, considera que “reproduce formas de discriminación hacia las mujeres”. De hecho, el profesorado participante alerta de que la música transmite un ideal de amor “basado en la sumisión y la dependencia” y que esto representa “un factor de riesgo”.
“Una mirada más optimista permite reconocer que la música no es homogénea y las nuevas tecnologías ofrecen acceso a una gran diversidad de recursos, cosa que facilita el acceso de adolescentes a voces más minoritarias y menos reconocidas en el mundo de la música, pero que proyectan discursos críticos y comprometidos con las reivindicaciones feministas”, añade Elvira.
De acuerdo con los resultados de la investigación, los y las adolescentes participantes en los grupos de discusión suelen identificar estereotipos de género y formas de violencia simbólica a la música y a los videoclips. Las chicas demuestran una mayor capacidad de analizar e identificar formas más diversas y sutiles de machismo en la música y lo hacen con más “frustración, indignación y malestar”, según advierte el análisis cualitativo llevado a cabo.
Tanto chicos y como chicas reconocen que las representaciones de la masculinidad y la feminidad en la música actúan como modelos de referencia en la adolescencia e influyen en su forma de vestir, comportarse y relacionarse. “Contar con una visión crítica ante los modelos de feminidad y masculinidad que promueve la música no evita que los condicionen las expectativas, gustos y deseos de chicos y chicas adolescentes”, concluye el informe.
Además, se observa como una mayoría de adolescentes (más de 8 de cada 10) opina que, en los videoclips, se valora más el aspecto de las mujeres que de los hombres. Los chicos y chicas señalan que, en la música, las mujeres se representan de forma hipersexualizada y sumisa, mientras que los hombres se muestran con poder, dinero y objetualizando a las mujeres. “Consideran que la música, al reproducir un modelo de belleza femenina excluyente y elitista, actúa como una forma de presión estética para las chicas”, recoge Elvira.
En cuanto a la imagen de los hombres, las chicas adolescentes destacan que, a través de la música, se promueve un modelo de masculinidad agresiva, dura y ‘chula'” y que legitima la posición de superioridad de los chicos adolescentes hacia las mujeres.
El alumnado también detecta como las relaciones de amor no son “como las de la vida real”. Sólo un tercio de los y las jóvenes participantes en el proyecto Play it for change considera que hay cierto o mucho parecido.
El profesorado participante coincide en el hecho que la música tiene un gran potencial en la transformación de las relaciones de género y que, al tratarse de un elemento identitario para las persones adolescentes, tiene la capacidad de socializar y ayudar a integrar valores en favor de la igualdad y la justicia social.
A pesar de que la mayoría coincide en el hecho de que es una cuestión que hay que trabajar en las aulas, se ponen de relevo carencias y necesidades para mejorar en la identificación y abordaje de desigualdades y discriminaciones por razón de género que sufre el alumnado con quienes trabajan. “La gran mayoría del profesorado no ha recibido ningún tipo de formación en perspectiva de género y esto dificulta tener las herramientas para analizar la realidad de los chicos y chicas desde esta perspectiva; y que, al abordar conflictos, pueda evitar la acción de sus propios prejuicios y estereotipos”, destaca Sira Vilardell, directora de la Fundación Surt.
El proyecto Play it for Change está formando a profesorado en herramientas preventivas de las violencias machistas a través de la música y el audiovisual.