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“Intentar hacer la vida algo más fácil a las mujeres, aunque sea un poco sólo, me parece una cuestión de sororidad”

“Intentar hacer la vida algo más fácil a las mujeres, aunque sea un poco sólo, me parece una cuestión de sororidad”

“Contribuir a hacer la vida algo más fácil a las personas” es lo que movió a Marta Celdrán a ser voluntaria de Surt. Participa desde el 2019. Ha apoyado a mujeres como pareja lingüística y más recientemente ha participado en el proyecto Aproxima’t BCN, enmarcado en el proyecto LIBES, una iniciativa dirigida a facilitar que mujeres migradas accedan a recursos culturales y de ocio de la ciudad. Para ella, el voluntariado es una herramienta para actuar, de manera directa, sobre los impactos de las discriminaciones racistas y por razón de género que viven muchas mujeres que tiene al lado. Con el voluntariado, decidió echarles una mano en sus procesos para ganar autonomía en la sociedad de acogida.

¿Cómo llegaste a Surt y por qué te ofreces como voluntaria? 

Estudié educación social y, además de interesarme por el tercer sector, vivo cerca de Surt. Siempre he querido contribuir a hacer algo más fácil la vida a las personas, y por eso quise ser voluntaria.

¿Querías trabajar con mujeres específicamente? 

He hecho de mentora con chicos jóvenes anteriormente y con Surt empecé a hacer de pareja lingüística con mujeres. Una mujer migrada sufre una doble discriminación, por lo tanto, no es que lo buscara especialmente, pero ahora que me he puesto con ello, me parece una cuestión de sororidad, y una cuestión de empatía, hacer voluntariado con ellas.

¿Cuál es tu aportación como voluntaria ahora mismo? 

A grandes rasgos, establecer una relación personal horizontal con las mujeres, contribuir a desarrollar habilidades útiles para la vida cotidiana, actuar como intermediaria para acceder a algunos recursos o servicios y aumentar la capacidad de las mujeres de generar red social y comunitaria.

¿Dirías que has aprendido algo colaborando en Surt? ¿Qué te ha aportado?

Lo que me permite es poder contribuir a reducir la discriminación por razón de origen y género que sufren las mujeres migradas; a ser capaz de hacer algo más fácil su vida, aunque sea un poco sólo. Esto es el que me mueve, intentar hacer algo. Hacer voluntariado m?ha ayudado a situarme en un proceso de acompañamiento, también. La parte más complicada del voluntariado es esta: situarte en este proceso. Esto quiere decir ser, escuchar, que hablen ellas, no querer llenar silencios porque sí… Ser. Es así de simple y difícil. Y aprender a trabajar sabiendo que cada una es un sujeto y decide. Y a veces decide cosas, como por ejemplo no conversar con las otras mujeres o no venir a las actividades, porque no puede o no quiere, y que esto no responde a mi expectativa; al que a mí me gustaría. Creo que es útil e importante aprender esto.

¿Qué dirías que has aportado con tu voluntariado? 

Yo diría que he sabido comunicarme con ellas y ellas han podido comunicarme el que hiciera falta en cada momento. En el último voluntariado, las he acompañado a visitar partes de Barcelona y recursos y actividades que les puedan interesar, para que ellas puedan repetirlo sin la necesidad de que yo esté. Forma parte del proceso de autonomía de una persona. La otra parte es generar red. Todavía no hemos cerrado el proceso pero creo que del encuentro que haremos las mujeres participantes y las voluntarias con las coordinadoras del proyecto quizás sale una parte o un inicio de una red para ellas, que no tenían.

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