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“Hay un aumento de las trabajadoras pobres”

“Hay un aumento de las trabajadoras pobres”

“Una de las principales diferencias respecto a la crisis anterior es que esta crisis, esta emergencia sanitaria global, ha puesto de manifiesto que hay trabajos que no se pueden parar, que son las vinculadas a la reproducción de la vida y que son trabajos feminizados”. Lo ha explicado la responsable del área de empoderamiento sociopolítico de Surt, Laura Sales, en la primera mesa redonda del Ciclo Hipatia sobre trabajo y economía. Un espacio que ha recogido miradas para favorecer una salida de la crisis que incorpore la perspectiva feminista de la economía, “una economía con las personas en el centro y sostenible”.

El contexto de pandemia ha contribuido a reconocer trabajos de limpieza, trabajos dentro de residencias de gente mayor, trabajos dentro del ámbito sanitario, trabajos de servicios sociales, “en el plan simbólico”, ha especificado Sales, puesto que, en términos de precariedad, no ha habido transformaciones a raíz de su consideración como esenciales.

Además, la capacidad de recuperación de lugares de trabajo entre los hombres está siendo superior a los lugares de trabajo de las mujeres. “La parcialidad y la temporalidad son dos realidades feminizadas”, ha afirmado, de acuerdo con los datos.

En cuanto al trabajo no remunerado, durante la crisis, las mujeres han continuado asumiendo más carga y ha habido más segregación en las tareas. Los hombres se han concentrado en la compra y las reparaciones, que son las actividades que, durante el confinamiento, estaban permitidas fuera del hogar.

En relación al teletrabajo, ha destacado como la reincorporación presencial ha sido más rápida en las hombres, en un momento “crítico en cuanto a cuidados”, que han quedado una vez más “en manos de las mujeres”.

Las mujeres que antes de la crisis ya estaban en situaciones socioeconómicas vulnerabilitzades, como las mujeres en situación administrativa irregular, son las que han sufrido más los golpes de la crisis. “Hay un aumento de las trabajadoras pobres”, ha destacado Sales, así como de trabajo informal en sectores feminizados, como el trabajo de cuidados y el trabajo sexual. “Se observa una precarización generalizada”, afirma.

En plena emergencia social, las administraciones públicas han sido “desbordadas o, directamente, con servicios cerrados”, ha recordado Sales, sobre una situación que se ha traducido en sobrecarga para las entidades sociales, que han hecho de almohada a las urgencias, así como también han hecho de almohada las iniciativas de apoyo mutuo.

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