“Romper barreras cuesta, pero no es imposible”
“Romper barreras cuesta, pero no es imposible”
Rosa Ernestina Zapata tiene 39 años y lleva un año dedicado al montaje y modernización de ascensores. Se formó en el programa profesionalizador “Mujeres con herramientas” de la Fundación Surt y se insertó en la plantilla de la empresa donde hizo las prácticas.
¿Cómo te introdujiste en el sector de los ascensores?
No tenía ni idea de ascensores, pero me formé mediante el programa de la Fundación Surt hace un par de años, para probarlo y me entusiasmó desde el primer momento. Cuando íbamos a las obras de la empresa formadora, ¡quería aprenderlo todo! Había utilizado un taladro antes, pero no el resto de herramientas. Cuando entiendes el funcionamiento de cada una, aprendes y ves que puedes montar ascensores por ti misma es fascinante. Tienes que ser responsable y hacer muy bien tu trabajo porque en el interior irán personas que deben ir seguras.
¿Qué herramientas utilizas en tu trabajo?
Las herramientas fundamentales son una pistola, una atornilladora, una radial, herramientas fijas como destornilladores, clavos de vaso, un raca-raca, un multitester para comprobar la tensión de la electricidad y un equipo para soldar. La herramienta que más pesa, pesa unos 25 kgs. Y llevo el EPI (Equipo de Protección Individual): casco, gafas, guantes, botas de seguridad, arnés y el uniforme de la empresa.
¿Cómo es trabajar en un sector tradicionalmente masculinizado?
Romper barreras cuesta, pero no es imposible. Yo he roto muchas. Cuando las mujeres rompen barreras en sectores masculinizados, se empoderan y crean un nuevo perfil laboral y personal. Podemos ser auténticas y realizar los mismos trabajos que hacen los hombres. La sociedad debería entender que las mujeres tomamos las herramientas y trabajamos con la misma naturaleza que cualquier persona. Esto nos conduce al éxito. Yo me siento una trabajadora más, entre los y las compañeras nos ayudamos. Para la empresa soy un ejemplo real que hoy está presente y sienten orgullo de que pertenezca a esa familia. Hoy todavía me ocurre que cuando llego a las obras, me piden cuándo llegará mi compañero. Cuando les digo que soy yo quien va a montar, ves que hacen un cortocircuito. Pero el trabajo bien hecho habla por sí solo.
¿Qué ha aportado este trabajo a tu vida?
Me siento orgullosa de mí misma y tan capacitada para dedicarme a ese oficio que, con el tiempo, espero conseguir ser una de las coordinadoras de la empresa o formadora de mujeres que comienzan como yo lo hice.
“Mujeres con herramientas” cuenta con el apoyo del Departamento de Igualdad y Feminismos de la Generalidad de Cataluña e Integral Ascensores.