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Módulo 3: Ciudadania
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Construyendo ciudadanía y participación

Redistribución y reconocimiento

A par con los derechos que tienen los individuos, la ciudadanía está intrínsecamente conectada con la posibilidad de su participación efectiva en el sistema democrático. Sin embargo, como ya vimos arriba, no todas las personas han tenido idénticas posibilidades de participación democrática.

Una sociedad es considerada tanto más democrática cuanto más incluyente sea, sin embargo, la inclusión de las personas o grupos en la ciudadanía no es aún real para todas y todos debido a la falta de reconocimiento positivo sobre la diversidad social, cultural, económica, política, sexual, religiosa, etc., de las personas.

Nancy Fraser(10), una reconocida feminista e investigadora canadiense, defiende que el reconocimiento social que se hace a determinados colectivos o personas, que influencia su participación ciudadana, está asociado a la redistribución de la riqueza. Su modelo de redistribución-reconocimiento pretende visibilizar las desigualdades en las sociedades contemporáneas en la distribución de la riqueza y en el reconocimiento de la diferencia, pensando la sociedad frente a la justicia. Fraser resalta, que la falta de reconocimiento a determinados grupos que se asumen en la diferencia al modelo hegemónico, como los homosexuales o las mujeres, no es solamente un estado psicológico mas una relación social institucionalizada que impide la participación en igualdad de condiciones en la vida social y que está también asociada a una distribución desigual de la riqueza.

Según Fraser, la injusticia socio-económica está profundamente arraigada en la estructura político-económica de las sociedades contemporáneas, y esto conduce a la explotación, la marginación y a la privación de bienes materiales. A la vez, la injusticia cultural o simbólica, está arraigada en los patrones sociales de representación, interpretación y comunicación, lo que conlleva a la dominación cultural de unos sobre otros, al no-reconocimiento y al irrespeto.

A pesar de las diferencias que existen entre ellas, tanto la injusticia socioeconómica como la injusticia cultural se entrecruzan: “las normas culturales injustamente parcializadas en contra de algunos, están institucionalizadas en el Estado y la economía; de otra parte, las desventajas económicas impiden la participación igualitaria en la construcción de la cultura, en las esferas públicas y en la vida diaria. A menudo el resultado es un círculo vicioso de subordinación cultural y económica“(11). Es ejemplo de eso la pobreza asociada a las mujeres, a las personas inmigrantes, a las personas negras, etc., que hace, conjuntamente con otros factores, con que estos colectivos tengan menores posibilidades de participación ciudadana.

Así, para Nancy Fraser, combatir ambas injusticias implica, simultáneamente, garantizar tanto la redistribución de la riqueza como el reconocimiento de las diferencias culturales, lo que se puede hacer a través de acciones afirmativas o acciones transformativas, como veremos en el capítulo siguiente.

Pero antes de mirar algunas posibilidades para incrementar la participación ciudadana, queremos referir otras limitantes para la participación ciudadana, la división sexual del trabajo y la concepción de poder: 

10.ver Fraser, Nancy. 1997. Heterosexismo, falta de reconocimiento y capitalismo: una respuesta Judith Butler Social Text 52-53, 1997. pp. 124, 125

11.Fraser, Nancy. Iustitia Interrupta. Reflexiones crticas desde la posición postsocialista, Siglo del Hombre Editores/Universidad de los Andes, Santa Fe de Bogot, 1997, cap. 1. pp. 23.